martes, 6 de agosto de 2013

La misión de Juan Bautista

Lectio divina de Lc 3, 1-18

En el año 15 del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanio tetrarca de Abilene; bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, la palabra de Dios se dirigió a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. (1 Sam.3,1; Jer.1,2;  Ez.1,3¸Mc.1,2-8).                                                     
Y se fue por toda la región del Jordán anunciando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías (Is.40,3-5):
“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus sendas;  todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo torcido se enderezará y lo escabroso se igualará.Y verá todo mortal la salvación de Dios” ( Sl 67,3)

A la multitud que acudía para ser bautizada por él decía: «Raza de víboras (Is.59,5), ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que se avecina? (Sof.1,15)  Dad, frutos dignos de conversión, y no vayais diciendo en vuestro interior: "Tenemos por padre a Abraham" (Jn.8,31-40; Rm.9,7-8)); porque os digo que Dios puede de estas piedras sacar hijos para Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.» (Mal 3,19.23)
La multitud le preguntaba: «¿Qué debemos hacer?» (Hch.2,37)
Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» (Is.58,7; Mt.5,40.42; Lc.6,29-30; St.2,15-17)
Vinieron también publicanos (Lc.7,29) a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado.» (Lc.19,1-10)           
Le preguntaron también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?»
El les dijo: «No maltratéis, ni denunciéis a nadie, y contentaos con vuestra paga.»

Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Mesías,  respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego (Hch.2,3-4). En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.» (Mal.3,19)
 Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia (Lc.2,10)
Pero Herodes, el tetrarca, reprendido por Juan por el asunto de Herodías la mujer de su hermano, y por todas las malas acciones que había hecho, añadió a todas ellas la de encerrar a Juan en la cárcel. (Mc 6,17-29)

CUANDO LEAS

Observa la introducción a la escena: cómo está encuadrada en el espacio y en el tiempo.  Por una parte la historia de la humanidad fuera del ámbito judío: el año quince de Tiberio César, con un gobernador, Poncio Pilato en Judea, por otra parte el mundo judío representado por los Sumos Sacerdotes Anás y Caifás, y los tres tetrarcas, hijos de Herodes el Grande. El espacio donde se desarrolla todo el episodio es el desierto y toda la región del Jordán.
El desierto: lugar querido y privilegiado para Israel, lugar de la Alianza con Dios, del caminar de Dios con su pueblo.
El Jordán: el río que hay que vadear para poder entrar en la tierra prometida, para volver a la tierra, el río en el que, bañándose, se curó Naamán de su lepra.
Fíjate en la profecía de Isaías que cierra la introducción, en la acción que indican los verbos: preparad, allanad, será rellenado, será rebajado, se enderezará, se igualará...hasta llegar al resultado final: y verá todo mortal. ¿Quiénes son los sujetos de estas acciones?¿qué movimiento indican?

Mira después la escena principal: Los personajes: Juan, la multitud, los publicanos, los fariseos, todos... ¿Qué hacen? Observa detenidamente el diálogo que se instaura. Tres veces la misma pregunta y una respuesta diferente cada vez con un fondo común. Trata de comprender el sentido de cada una de las respuestas.
Al final no hay pregunta pero Juan responde. Lee con atención esa respuesta que habla del presente, del futuro y  es profecía. ¿Qué anuncia en concreto Juan?

CUANDO MEDITES

Siéntete dentro de la escena. Oye a Juan Bautista hablar como profeta, escucha su decisión y su valentía, oye su anuncio. Pregúntate también tu “Y yo, ¿qué debo hacer?”. Escucha atentamente, es importante que escuches desde tu realidad concreta, desde el hoy de tu vida. Ábrete después a la respuesta que te hablará de fraternidad, de rectitud, de reconciliación... teniendo en cuenta lo que tú vives.
Profundiza también en la persona del Bautista, en su ser de profeta, en el precio de su misión y en su valentía al realizarla.  Hoy la Palabra de Dios se dirige a ti. Cada uno de nosotros es un profeta.

CUANDO RESPONDAS A DIOS CON LA ORACIÓN


Pide al Señor que te conceda el deseo de preparar sus caminos, de contribuir con tu vida, tu acción, tu palabra a que su proyecto sobre el mundo se haga realidad. Desea recibir el Espíritu y el fuego que te darán valentía y decisión. Da gracias por tantas personas que se comprometen en este proyecto en el mundo. Por tantos que saben dar incluso la vida por aquello en lo que creen, por los que están dispuestos a una verdadera conversión. Alaba a Dios porque su salvación es para todos, porque su venida es la salvación de todo mortal y eso es Buena Noticia.

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Equipo de Lectio Divina de la UPComillas 

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